Cada cápsula pequeña contiene 25 µg de vitamina D3. ¡25 microgramos! Eso no parece nada, pero no te preocupes, ¡tu cuerpo sabrá exactamente cómo hacer un buen uso de él!
La vitamina D también se conoce como la vitamina del sol, porque a diferencia de todas las demás vitaminas, nuestro cuerpo sabe cómo sintetizarla... solo bajo la acción de los rayos UV del sol. Por lo tanto, si no tienes la suerte de salir a algún lugar donde el sol realmente aparezca y brille durante el día (sí, existen lugares así, no solo en tus sueños más salvajes), es posible que debas complementar tu dieta con vitamina D.
Pero ¿qué hace realmente la vitamina D? La vitamina D contribuye a la función normal del sistema inmunológico. Cuando hace frío fuera, y eso no es una excusa para no hacer las cosas, es mejor que tu sistema inmunológico desempeñe su papel. Te ayudará a mantenerte en forma para tus actividades diarias y evitar el resfriado.
La vitamina D también contribuye al mantenimiento de los huesos (también los dientes, por cierto) y la función muscular. Para los amantes de los deportes, los huesos y músculos deben funcionar bien. Es crucial asegurarse de que tengan todo lo que necesitan para trabajar adecuadamente y repararlos cuando sea necesario.